Abril, mes de libros, de lectura, de imaginación fértil.
Por Marianne Leighton
Guía de Escritura Creativa y Fomento Lector
Hace mucho tiempo ya, abril solía ser el mes en que Santiago de Chile se convertía en una ciudad casi pluvial. Las lluvias otoñales parecen haber desaparecido de este valle; no obstante, la fertilidad sí se ha mantenido, se mantiene y mantendrá, aunque de otra manera. Abril ha sido, es y, esperamos, seguirá siendo el mes de los libros, el mes en que celebramos esa otra fertilidad, de los bosques imaginarios y no tanto. Aunque ya los seres humanos estemos pensando en otros formatos de propagación de la palabra escrita que no requieran el sacrificios de tantos árboles, sería difícil pensar en un sacrificio más hermoso: un árbol entrega su materia, el corazón de su pulpa, para que nazcan en la imaginación otros bosques, otros universos, otras casas.
“Dice Mario Vargas Llosa que la verdad de las mentiras, que son las novelas, los cuentos y los poemas, consiste en permitirnos vivir todas las vidas que nos sería imposible experimentar de otra manera.”
En el mes del libro, celebro recuperar los espacios de celebración de este, el objeto más hermoso imaginado por la civilización humana, en nuestra Casa Taller. ¿Y por qué es la lectura es especial en Casa Taller? Porque como todo lo que pasa en este espacio, la vivencia de los libros se permite desde la autoexploración y la invitación. Es una casa llena de libros, físicos y virtuales, que se pueden tomar libremente. Que se pueden dejar en una esquina, para que otra u otro, a quien les haga más sentido, los encuentre. Pero también son libros de los que nuestros niños, niñas y jóvenes se logran enamorar.
Ese amor es el que aprecio todos los días en los sagrados treinta minutos del Pasaporte Lector. Todos los días las distintas casas que nos conforman devienen pistas de despegue para entrar en los 25.000 continentes de la imaginación literaria. La atención y el silencio toman un protagonismo que asombra. No estaba perdido: sólo bastaba confiar en la capacidad de elegir, en el placer de escoger, en el goce de explorar.
Dice Mario Vargas Llosa que la verdad de las mentiras, que son las novelas, los cuentos y los poemas, consiste en permitirnos vivir todas las vidas que nos sería imposible experimentar de otra manera. Releo su ensayo mientras Gabriel, Sofía, Margarita, Flavia, Fabiana, Montse, Martina, Anto, Violeta, Alejandra y Cristóbal recorren sus cómics, sus mangas, sus novelas de misterio o sus sagas de fantasía. Y pienso: en Casa Taller la verdad de las mentiras, que son los libros, se ejerce mejor que en ninguna parte.
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